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martes, 8 de febrero de 2011

02 VIDA DE SAN FRANCESCO La Iglesia



A la Iglesia se la veía como hoy. Los burgos, barrios de artesanos, consideraban lejanos y conservadores a los monasterios y abadías; se les había detenido el tiempo, pues no se acercaban al pueblo cuando éste se alejaba de ellos. Eran mejor vistos muchos de los nuevos "movimientos religiosos", que compartían los trabajos del pueblo, las mismas necesidades, les hablaban en su lengua...
monasterio
A Inocencio III se le tenía en gran estima, pero se pensaba que quería mandar mucho, en todo. Es cierto que era un hombre abierto. Tendrá fracasos como la IV Cruzada, que no realizará su sueño; pero, por otra parte, habrá un momento renovador en la Iglesia con el concilio IV de Letrán, que apoyará la vuelta de muchos movimientos religiosos al seno de la Iglesia, recuperando muchos valores que de otra manera se hubiesen convertido en frente opositor a ella misma y así sirvieron de fermento. Inocencio III fue un gran jurista, un gran político y un hombre de profunda convicción religiosa y alma de gran espiritualidad...
Este fervor religioso popular mantiene las peregrinaciones a Jerusalén y a Roma para venerar a los apóstoles Pedro y Pablo, y a Santiago de Compostela a venerar el cuerpo del apóstol; se construirán monasterios, catedrales, hospitales...; realidades que nacen del arrepentimiento de una conducta nada ejemplar.
No voy a hablar de las órdenes de Caballería, las Militares, los juglares... De todos gocé algo. Me tocó vivir en medio de esta variedad de circunstancias. Era la mía, mi época, mi tiempo, semejante al vuestro. Creo que no se debe decir ni mejor ni peor. Mi tiempo.